jueves, 3 de octubre de 2013

Pirineo catalán, verano del 2013

                  Como aficionado a las rutas a caballo no dejo de curiosear por los medios de comunicación las actividades que realizan o planean otros aficionados con los que la distancia dificulta tener un contacto directo. La AMAC es y ha sido mi preferida
                  Durante años he guardado el recorte de prensa de la constitución de la Asociación allá por el 1985 y desde entonces no he dejado de soñar con la posibilidad de compartir caminos y experiencias con vosotros. Fue por el año 1996 cuando pude comprar mi primer caballo e iniciar mi andadura en el mundo del turismo ecuestre, con las primeras dudas e interrogantes mi mente viajó hasta la AMAC para solucionarlas, el Nou Cavall Express fue mi revista preferida, y en Elena Martí encontré todo el apoyo para iniciarnos en la P.O.R..
                  Nuestra primera actividad colectiva la llevamos a cabo en Octubre del 2004, durante 4 días 21 binomios recorrimos las sendas y caminos de la Sierra de Enguera en la provincia de Valencia, desde entonces Albacete, Alicante, Castellón, Cuenca, Guadalajara, Granada, Murcia y Teruel han sido los lugares elegidos para nuestras andaduras, siempre con la ilusión de poder compartirlos, en el facebook https://www.facebook.com/vicentenuez y en la web http://www.competic.info/Yakari podéis ojearlo, los años han ido pasando y de pronto te das cuenta que ya no debes dejarlos pasar más, ha llegado el momento y así es como me encontré un día de este pasado Junio cuando tropecé con vuestra propuesta de vacaciones en el Valle d ́Aran.
                  Hablé con mi mujer y nos pareció estupendo, iva a ser la primera vez que iríamos tan lejos y que estaríamos tantos días en ruta. Contacté con Joan Pí y recibí la más calida de las acogidas, nuestra ilusión fue en aumento. Le pedí los tracks y deje volar mi imaginación por bosques y valles. Poco a poco fuimos haciendo los preparativos hasta que nos invadió el pánico, sólo faltaban 24 horas para la partida, cargamos coche y remolque y nos fuimos a la cama, no conseguimos pegar ojo, descansar....... descansamos, a las 7 nos levantamos, frente a nosotros teníamos 700 km hasta llegar a Bagergue en el corazón del Valle d ́Aran.
                  El día se preveía caluroso, nuestro propósito era darles un viaje lo más cómodo posible a nuestros caballos, así que nos planteamos 2 paradas largas, de más de 1 hora, donde bajamos los caballos del remolque, les dimos agua, heno y estiraron las patas un poco. Los últimos 50 km se hicieron largos, el cansancio acumulado y las curvas pirenaicas se hicieron notar, tras 11 horas de viaje llegamos a Bagergue, todavía teníamos que montar los paddocs y por el valle soplaba viento de tormenta, nos mojamos, pero era agradable respirar el aire 15 ó 20 o C más fresco que en Alicante. De inmediato tuvimos a los Joanes y a las Montses dispuestos a colaborar y no tardamos mucho en poder alojarnos en el hotel.
                   La organización empezó a sentirse rápidamente “a les vuit trenta a sopar” se oía decir a Joan Pí, allí empezamos a conocernos, Carles, Esther, Teresa, Enrique, Laia, Claudio, Ramón, Eugenia, Vicente, Julio, Joanes y Montses, tardaría días en conseguir aclararme con los nombres y seudónimos, perdonarme si todavía pierdo alguno.
                     Al día siguiente era la primera ruta para conocer el Valle, nosotros teníamos compromisos familiares y así nuestros caballos se repondrían del viaje. Nos despedimos en el desayuno y llegamos a la cena con ansias de saber como había transcurrido la ruta, cual no fue nuestra sorpresa al oír los detalles que tuvieron que salvar ante los estragos producidos por las últimas lluvias en el valle y el desbordamiento del Garona, el día se cerraba con una caída sin consecuencias de Montse y una costilla rota de Vicente, las alarmas saltaron en nuestro cerebro. Para el día siguiente teníamos la ruta al Lago de Montoliu a 2375 metros de altitud y noche en el refugio de Montgarri, como el camino no estaba verificado Eugenia y Ramón Saumell partieron el día de antes. Al levantarnos la niebla cubría el valle, les pusimos el pienso a los caballos y nos fuimos a desayunar. El sol brillaba en lo alto cuando iniciamos la marcha, cruzamos el pueblo y fuimos ascendiendo por el valle a lo largo de una pista junto al Arriu Unhòla hasta el Plan de Tor a 2090 metros de altitud,
giramos 180º y cogimos la senda de Liat que cruza una ladera en fuerte pendiente con tierra suelta donde empezamos a darle a nuestro caballo el control de la marcha
hasta los Malhs deth Plan de Tor ya a 2300 metros donde de nuevo pisamos en firme hasta el Lac de Montoliu, allí quitamos sillas y cabezadas para dar cuenta de las mongetes y las botifarras que llevábamos en las carmayolas.
                      El azul del cielo era espectacular, el blanco de la nieve radiante, los verdes prados y el agua cristalina nos invitaban al baño, creo que primero fue Montse “la Llongui” y después una limpia pugna entre hombres y mujeres que desafiaron las frías aguas.
           De nuevo volvimos a la senda para remontar hasta el Coth de Montoliu a 2492 metros de altitud, estábamos en la cota más alta de la ruta y ante nosotros se abría un paisaje impresionante de montañas y valles sin fin, de nuevo la voz de Joan Pí “ara tothom peu a terra” el valle del Arriu de Vernatar se abría ante nuestros ojos con una fuerte pendiente levemente arañada por una senda en la margen derecha para salvar 200 metros de desnivel, el primero fue Enrique y los demás mirábamos atentos, él caminaba por la senda su caballo no, le siguió el Maestro y luego otros más, unos cuantos decidimos resolver el desnivel por la margen izquierda que ofrecía una senda más marcada y en zig-zag,

todo acabo felizmente en el fondo del valle donde volvimos a agruparnos de nuevo para seguir cauce abajo por los senderos que usan las vacas que estaban pastando felizmente por allí, creo que jamas he visto un valle más bonito que este, cruzamos el Bòsc deth Calassà y la torre de la iglesia de la Mair de Diu de Montgarri se nos ofrecía al fondo del valle, habíamos llegado.
                    Han sido 10 días de convivencia inolvidable, donde nos hemos sentido acogidos con cariño por todos vosotros desde el primer momento, con días largos de rutas duras y la inestimable labor de los equipos de exploradores que nos han ido facilitando el camino. Erais un ejemplo en la ilusión y ahora lo sois en el futuro para todos aquellos que hacemos de las rutas a caballo nuestra pasión personal. Llevaremos con nosotros vuestra bandera allá por donde nos lleven los caminos, en la confianza de que algún día volveremos a compartirlos.
                   ¡ Hasta siempre !
                                                                   Charo y Vicente